
Los deseos de los amantes de la naturaleza, la gastronomía y el vino fueron escuchados y llevados a la tierra a través de Viñedos de Pisco. Los fundadores de este proyecto detectaron la necesidad de una alternativa residencial que se encontrará cerca de los hogares habituales de numerosos amantes de la cultura vitivinícola, pero que además ofrece una solución de vida, con un cambio en su perspectiva y dirección, lo que se tradujo en levantar haciendas bodegueras que incluyen un nuevo modo: el slow life.

La hacienda bodeguera fetiche de los más exigentes
Traído al terreno nacional, Viñeos de Pisco ofrece en Perú, concretamente al sur de Lima, en la inigualable tierra del Pisco (Ica), lotes que van desde los 400 m2 hasta 2000m2, con su personalidad distintiva y cuidadosamente emplazadas en un paisaje vitivinicola.
Su arquitectura se define según las preferencias y necesidades de sus propietarios, que podrán elegir entre dos estilos –clásico o contemporáneo–, ambos con exquisita distribución, máxima calidad en los materiales y acabados y con equipamientos de eficiencia energética de última generación. Detrás de estos diseños se encuentra un estudio de referencia, ARQASA de Alberto Sánchez Aizcorbe.
Todas las opciones residenciales podrán contar con un viñedo privado, piscina, y la opción de un huerto orgánico.
Hasta 200 opciones donde retornar a una nueva vida más conectada con la naturaleza y el vino, siempre acompañados de un equipo de expertos profesionales que guían a cada propietario en la elaboración de sus propias referencias, ya sea tinto, blanco o rosado, Ana de Castro y su personal de confianza saben encontrar el punto perfecto que crea el vino con la denominación más personal.






















